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miércoles, 20 de febrero de 2019

Ya no soy esclavo del temor yo soy hijo de Dios!


“Ya no soy esclavo del temor, yo soy hijo de Dios”

El Temor

El temor no es un sentimiento, es una emoción, esta emoción infringe en nosotros indefensión, nos sentimos indefensos e incapaces de rebelarnos ante tal sugestión, y llega a convertirse en fobias; el temor no es el miedo natural que tenemos cuando estamos en peligro y evadimos el tal, el temor es un estado de postración en el cual el ser humano se deja sumergir, muchas o pocas veces, no sabemos su origen  y lo que está detrás de él. Cuantas veces  nos hemos sentido atemorizados porque nos sentimos desamparados, sin respuestas  sin solución, solos! porque no tenemos un punto de apoyo o simplemente alguien a quien acudir.

Razones para temer:

El individuo natural se prepara; para obtener cientos de razones para temer cuando hay  miles de razones para no temer, la preparación del temor viene y nos acompaña desde niño, obedece  a reacciones  que tenemos ante posibles peligros,  cuando nuestros padres o tutores ,nos abordan e infunden miedo en las primeras tentativas de liderar autoridad y supremacía  nuestros primeros pasos son acompañados en un clima de inseguridad, desasosiego  al enseñarnos ,que siempre seremos lastimados en nuestro primer intento esto conlleva a lo desconocido y aterrador, y nuestro ser, se acostumbra que cada vez que hay incertidumbre debe existir temor.

Los primeros intentos:

Son experiencias que arrojará  una causa y efecto de las cosas a descubrir, que como seres intuitivos y curiosos debemos tener,  resbalones aporreones caídas estrepitosas, a veces avisadas o no, pero experiencias que van entrenando al ser con capacidades a deslizarse ante ellas de manera natural, suelta espontanea.

El Primer Adán Desobedece

Nuestros primeros padres fueron instruidos a no desobedecer, las instrucciones de nuestro Dios, un paraíso de posibilidades de conexión con sus sentidos traducido en: frutos árboles, sembradíos etc. No había temor todo estaba descubierto a sus ojos , todo sabor había degustado su paladar, nada había sido encubierto para el, solo la prohibición y la ordenanza desencadenó el suplicio de pasar una y otra vez frente a  la fruta prohibida sin  poder siquiera mirarla; desencadenó, el desafuero que dio inicio al temor , ya realizado el pecado de desobedecer a la voz de su Creador provocó, el más terrible miedo que pudiesen haber tenido, y se escondieron, porque el temor después de la desobediencia a ultranza nos conlleva a escondernos de la presencia de Dios

La Limitación

La limitación también nos llena de temor, cuando no estamos seguros de tener  conocimiento sino vago de las cosas, nos limitamos a ver los toros desde la barrera, cualquier entrada primaria hacer las cosas por vez primera, sabiendo nuestras limitaciones, que no hay capacidad, para realizar cualquier tarea por muy pequeña que esta sea, si no hay conocimiento de cómo hacerla; nos impregna de mucho miedo a realizarla

La limitación nos lleva a la inseguridad y por consecuencia nos da miedo realizar una tarea a menos que nuestra osadía nos arrastre hacer mal las cosas; lo que nos dará un marco de frustraciones instantáneo, y siempre existirá el temor para volver a recomenzar lo antes expuesto.

La palabra de Dios quien siempre nos dará ejemplos para aportar, nos relata acerca del primer Rey de Israel, quien después de ser investido y ungido se esconde entre los bagajes de su padre terriblemente asustado, 1 Samuel 10:22 Preguntaron, pues, otra vez a Jehová si aún no había venido allí aquel varón. Y respondió Jehová: He aquí que él está escondido entre el bagaje.

Se trata de Saúl primer rey sobre Israel, quien por su inexperiencia se sintió atemorizado, aterrado ante tal responsabilidad, sus limitaciones y falta de conocimiento en el área, le hicieron reaccionar de esta manera tan infantil

Las carencias: Arma letal para infundir temor:

La falta de recursos puede inmovilizarte para dar zancadas adelante, carencias de todo tipo aparecen y reaparecen cuando de recursos escasos se trata. Nos volvemos inoperantes, timoratos, faltones  precarios e impotentes porque estamos escasos de recursos y falta de producción. Peor es la carencia del corazón ,sin impartición de bienes espirituales lo que nos implica una vida improductiva llena de sinsabores y desaciertos que también aplica; el temor en nuestros corazones,  una vida carente de frutos espirituales para repartir e impartir, nos delimita a la precariedad.

” Dadle vosotros de comer” fueron las palabras de nuestro Señor a sus discípulos, Lucas 9:13  Él les dijo: Dadles vosotros de comer. Y dijeron ellos: No tenemos más que cinco panes y dos pescados, a no ser que vayamos nosotros a comprar alimentos para toda esta multitud.

Ante el poco  alimento y la incapacidad monetaria para comprarlos; se presenta la disyuntiva temeraria de alimentar una multitud con apenas cinco panes y dos pescados, cualquier persona ante tal reto entraría en pánico, la multitud  (que acompañaba al maestro y sus discípulos) comenzaron a desmayar; era imperiosa la ingesta de alimentos llevaban tres días sin comer o comiendo muy poco, era obvio que el temor amenazara como un arma silenciosa a los discípulos, mas Jesús sabía lo que hacía como sabe lo que hace hoy con nosotros ante lo precario de la pobreza ,” a los pobres siempre lo tendréis con vosotros”… Juan 12:8

Y que con las enfermedades?

Los hilos del temor enredan cada vez más a los que padecen  distintas enfermedades crónicas y no curables, aquellas que teniendo remedio y paliativos, cada vez se ve más distante la cura y sobresalta el corazón al saber que nos hundimos cada vez más en ellas.
Mateo 17:22  Y muchas veces le echa en el fuego y en el agua, para matarle; pero si puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros, y ayúdanos.
Esta vez tocó a un Padre llevar a su hijo ante el Señor;  este chico, desde niño; era azotado por un espíritu mudo, aterrado ante tal situación le explica al único ser que puede ayudarle a sacar el temor y  librarlo de tan cruel enfermedad espiritual, el resultado Jesús lo sanó.

Miedo a lo desconocido


Cuando desconocemos la palabra de Dios  y su contenido; silenciamos muchas veces sus verdades, nos es más fácil acatar lo que conocemos de la vida, sus argumentos, sus principios, sus valores humanos, que lo escrito por un Dios a quien conocemos de manera sobrenatural y a  quien no hemos visto jamás, eso puede provocar en el hombre natural y carnal  un miedo hacia lo que no conoce, creyendo que Dios es etéreo, impersonal, al máximo, que no nos es posible siquiera nombrarle y sustituimos su nombre por seudónimos como el eterno, preferimos irnos a raíces de lenguas hebraicas , pero convencidos que ese Dios desconocido y distante perpetra en nuestras vidas tal temor, casi rayando a lo terrorífico.

conocemos al Dios que nos ha liberado de la esclavitud del temor, desconocemos también la manera de hacerlo ,de representar su gran poder para tal efecto.
Imperiosamente ante esta ponencia dedicamos un poco de tiempo a explicar la forma, de como ya,” no somos esclavos del temor”.
Jesús dice: Juan 14:27  La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo
La clave para salir del temor Jesús la da y le llama paz, Jesús promete que nuestro corazón no debe turbarse, no hay razón; para cuando nos es entregada la paz de Dios, en el fruto de su Espíritu, para que vivamos más en temor.  Lo próximo a seguir para la absolución y el destierro total del temor a la vida y su altibajo, aplica al amor que es derramado en el corazón de hombre dado por el Espíritu de Dios que mora en él.

El verdadero amor y el temor

1 Juan 4:18
En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor.
El castigo que lleva la falta de amor está reflejado en el temor, Dios precipita su verdadero amor en el corazón del hombre quien se arma de una capacidad asombrosa de echar fuera la duda, que alimenta el temor en todas sus fases. El que vive en temor no ha sido perfeccionado en el amor, el amor es el principal fruto del Espíritu de Dios, que a pesar, de las faltas de este, en otros corazones no se inmuta , no guarda rencor, todo lo espera es paciente es benigno y todas las cualidades que en 1 de corintios capítulo 13 hay.

No hay otra forma de echar fuera el temor, es reconocernos que somos hijos y no esclavos, que somos de El y para El.
Colosenses 1:16 Porque por él fueron criadas todas las cosas que están en los cielos, y que están en la tierra, visibles é invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue criado por él y para él

Si le pertenecemos el tendrá cuidado absoluto  (valor totalmente absoluto) de nosotros, diremos como dice el salmo 91: debajo de sus alas estaremos seguros, no temeremos al terror nocturno ni saeta que vuele de día ni mortandad que en medio del día destruya, caerán a tu lado mil y y diez mil a tu diestra más a ti no llegará.

CUANDO HAY SEGURIDAD,  QUE EN CRISTO ESTAMOS SEGUROS, YA PODEMOS ALZAR NUESTRA VOZ Y DECIR A VOZ EN CUELLO, “ YA NO SOY ESCLAVO DEL TEMOR, YO SOY HIJO DE DIOS”